El consumo regular de soja podría proteger a las mujeres en tratamientos de fertilidad de los efectos negativos del Bisfenol A, según un reciente estudio publicado por el Endocrine Society’s Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism.
El Bisfenol A (o BPA por sus siglas en inglés) es un compuesto químico que se encuentra en una gran variedad de recipientes destinados a conservar alimentos, como por ejemplo el plástico de algunas botellas o latas de conserva.
Existen múltiples estudios que demuestran que el Bisfenol A actúa como disruptor endocrino. Estas sustancias químicas, a pesar de ser ajenas al cuerpo humano, presentan una estructura capaz de actuar de interferir en procesos hormonales. En el caso del Bisfenol A, puede afectar al proceso de maduración de los ovocitos, a la calidad del endometrio o dar lugar a abortos y partos prematuros.
La presencia de esta sustancia en productos que utilizamos a diario es extraordinariamente frecuente. Hasta tal punto llega nuestra exposición que algunos estudios revelaron que un 96% de las personas estudiadas presentaban esta sustancia en su cuerpo.
“Nuestro estudio es el primero en relacionar la ingesta de soja con el efecto del BPA en humanos” afirma Jorge E. Chavarro, uno de los científicos participantes en el estudio y miembro de la Harvard Medical School de Boston. “Los resultados se corresponden con los encontrados en ratón, en los que una dieta rica en soja les protegía del efecto negativo del Bisfenol A sobre la salud reproductiva.”
El estudio analizó la exposición a BPA, la dieta y la tasa de éxito de los tratamientos de fecundación in vitro a los que se sometieron 239 mujeres entre los años 2007 y 2012. Los datos fueron tomados en el marco de un estudio mucho mayor, llamado EARTH (Environment and Reproductive Health) diseñado con el fin de evaluar el papel de distintos factores ambientales y nutricionales en la fertilidad humana.
A todas las pacientes les fueron tomadas muestras de orina para analizar la presencia de Bisfenol A. Posteriormente, rellenaron un cuestionario sobre sus hábitos alimenticios, en el que se observó que 176 de las participantes consumían soja de forma regular.
Entre las mujeres que no consumían soja, aquellas con mayores niveles de BPA en orina obtuvieron las peores tasas de implantación embrionaria y una reducción significativa de niños nacidos. Sin embargo, en las mujeres cuya dieta incluía la soja, los niveles de BPA en orina no presentaron ninguna relación con los éxitos del tratamiento.
“A pesar de que es recomendable que las mujeres que están intentando quedar embarazadas reduzcan su exposición al BPA, los resultados de este estudio sugieren que una dieta rica en soja podría reducir los efectos negativos de este compuesto químico.” Afirmó Russ Hauser, otro de los científicos responsables del estudio perteneciente a la Harvard Medical School en Boston.
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