El Shiatsu es una técnica oriental practicada desde hace cientos de años, que trata de equilibrar el cuerpo mediante presiones con los pulgares a lo largo de puntos clave.
Su aplicación tiene efectos tanto a nivel físico (liberando contracturas y bloqueos musculares) como a nivel energético desbloqueando el flujo de energía estancada y que origina una disfunción, retomando asi el proceso de autocuración). Por ello, en los casos menos extremos y tardíos de infertilidad, el Shiatsu , que ha demostrado jugar un papel importante en el tratamiento de otras disfunciones, podría ser una herramienta importante para facilitar la salud emocional y fisica del paciente y el éxito en los casos de infertilidad con el tan deseado niño sano en casa.
En nuestra introducción programada del Shiatsu, antes de la transferencia embrionaria, en pacientes de reproducción asistida con ciclos repetidos sin éxito y con transferencia complicadas y traumáticas, hemos observado que si bien el éxito del embarazo depende de muchos factores (especialmente la edad), el Shiatsu influye positivamente no sólo en la aceptación emocional del tratamiento, reduciendo los niveles de stress y sobrecarga física, sino en los procedimientos y manipulaciones realizadas en la paciente, mejorando la calidad de las transferencias embrionarias, siendo en estos ciclos menos traumáticas y más sencillas , lo que nos lleva indirectamente a la mejora en las tasas de embarazo.
Esto ofrece la posibilidad de incluir el Shiatsu en los procedimientos de técnicas de reproducción asistida para mejorar la calidad asistencial de estos pacientes. Actualmente, ya se hace con otras técnicas similares como la acupuntura. Sería ideal comenzar con las terapias incluso meses antes del comienzo de la TRA para :
Mejorar los efectos de la medicación a nivel ovárico y uterino. Estimulando los puntos correctos y enviando el flujo sanguíneo necesario a los órganos reproductivos se contribuye a estabilizar los niveles hormonales, incrementando de esta forma la función ovárica en las mujeres y aumentando la circulación de sangre al útero.
Mejorar las condiciones de posicionamiento y estado del útero, lo cual facilita la entrada del catéter de transferencia e indirectamente mejora las tasas de embarazo.
Que la paciente se sienta reconfortada a nivel emocional. Reduciendo los niveles de estrés ante la expectación del tratamiento y de su éxito, liberando asi bloqueos a niveles tanto físicos como emocionales que estén influyendo, sobre todo en casos en los que la causa de esterilidad es desconocida pues todos los parámetros “medibles” entran dentro de la normalidad. No hay que olvidar que el tema de la infertilidad, supone una carga psicológica importante, sin tener siquiera en cuenta la personalidad de cada uno y su manera de reaccionar ante una situación semejante.
Así mismo, también sería importante plantearse el tratamiento en el varón, pues también juega un papel importante en el proceso tanto a nivel emocional como físico, mejorando la salud y calidad de los espermatozoides que también influyen irremediablemente en el éxito de las técnicas de reproducción asistida.
Es importante recordar, que según decía Hipócrates, el padre de la Medicina, hay que tratar siempre a los pacientes como un todo, y no como ovarios, úteros, espermatozoides u óvulos ya que vienen de una misma entidad biológica. Por algún motivo, cuando estos pacientes acuden a nosotros, necesitan un equilibrio y es importante dárselo a todos los niveles posibles.
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