Albert Frantz es un reconocido pianista nacido en Pennsylvania. Inició su carrera muy tarde, a los 17 años, después de que su profesor le dijera a su madre que estaba tirando el dinero con las clases de piano. El nacimiento de Albert fue fruto de un proceso de inseminación artificial con semen de donante anónimo. En esta charla en el marco de TED Talk San Francisco, reflexiona sobre el derecho a conocer sus orígenes biológicos.
«¿Ustedes saben quienes son? Yo estoy confundido porque he creído que mi identidad era otra durante toda mi vida. Existe al menos un millón de personas en una situación parecida a la mía, e incluso vosotros podéis ser uno de ellos. Estoy hablando del rasgo más fundamental de un ser humano: la identidad. Creo que todos nosotros tenemos el derecho fundamental de conocer quienes somos.»
Albert Frantz cuenta cómo se sintió ante el descubrimiento de este hecho y cuál es su visión de la industria de la fertilidad.
«Cuando se te ha mentido durante toda tu vida sobre quién eres es difícil tomárselo bien. Lo normal es tener una crisis de identidad. En ningún momento es una crítica a mis padres, que me criaron y me quisieron, pero creo que es momento de hablar de la ética de la industria de la fertilidad. Como todas las industrias, se trata de ganar dinero, aunque para ello a veces tengan que engañar a sus clientes o pacientes.»
Llevado por la curiosidad sobre conocer más acerca de sus orígenes biológicos, Albert se realizó un test genético, y nos cuenta cuál fue su reacción al conocer los resultados.
«Este año me hice un test de ADN. Descubrí que tengo miles de familiares lejanos que no conocía, y todos ellos son judíos. Mi padre biológico era judío Ashkenazi. Empecé por analizar mis genes autosómicos, pero el siguiente paso será mi cromosoma Y porque así puedo descubrir el apellido de mi padre biológico.»
La charla finaliza con la petición de cambios legales que supongan el fin del anonimato en las donaciones de gametos.
«Creo que esta industria necesita cambios legales. Debemos limitar el número de nacidos por donante y debemos eliminar el anonimato: tenemos el derecho a conocer nuestros orígenes, es un derecho humano básico. Las Naciones Unidas lo reconocen en la convención sobre los derechos del niño de 1989, lo que es contradictorio con las leyes de algunos países. Nuestra identidad no debería ser un secreto empresarial o de estado, se debe considerar nuestro derecho.»
En muchos países, entre ellos España, el debate sobre el anonimato de las donaciones de gametos está siendo obviado. Tan sólo es necesario escuchar a las personas nacidas por estas técnicas para constatar que se trata de un tema que debería suscitar un debate social.
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