Los hombres pueden ver perjudicada su fertilidad si consumen demasiadas grasas saturadas, ya que provocan una diminución en la calidad y cantidad de espermatozoides. La grasas saturadas son presentes en las carnes y productos lácteos, por lo cual es conveniente reducir su consumo y mantener una dieta equilibrada.
La relación entre la ingesta de grasas saturadas y la producción de esperma ha sido analizada por un equipo de investigadores de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Harvard, del Hospital General de Massachusetts y del Hospital Brigham de mujeres en Boston, EE.UU. El estudio se ha publicado en la revista europea Human Reproduction.
La investigación contó con la participación de 99 hombres de 36 años de media que participaban en el estudio de fertilidad y medio ambiente del Hospital General de Massachusetts. Los sujetos respondieron un cuestionario sobre la frecuencia de consumo de alimentos, para evaluar la calidad y cantidad de la ingesta de nutrientes. También se les practicó un examen físico y un análisis completo de una muestra de semen.
Los autores observaron que los individuos que reportaron la ingesta más elevada de grasas saturadas presentaron una disminución de 43% del conteo espermático (número de espermatozoides en el volumen total de semen eyaculado). También presentaron un 38% de reducción de la concentración de esperma (número de espermatozoides en determinado volumen de semen). Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el conteo espermático normal es de 39 millones de espermatozoides en el eyaculado total y la concentración normal de esperma por encima de 15 millones de espermatozoides por mililitro de semen.
Los especialistas también analizaron la morfología de los espermatozoides. Normalmente, tienen una cabeza ovalada y una cola larga. Pero las anomalías en su estructura y forma pueden afectar su habilidad para penetrar y fecundar el óvulo. El tipo de grasas que se ingieren en la dieta puede influir en la composición de de la membrana celular del espermatozoide, lo cual, puede favorecer o alterar su estructura y función. El estudio indica que los participantes que habían consumido la mayor cantidad de ácidos grasos omega 3 presentaban el 2% de sus espermatozoides con una mejor morfología o estructura.
En conclusión, los autores del estudio indican que las dietas con bajos contenidos de grasas saturadas y ricas en ácidos grasos omega 3 se asocian a una mejor calidad y cantidad de espermatozoides, lo cual favorece la fertilidad masculina y beneficia la salud cardiovascular.
Además, un estudio posterior realizado por investigadores de la Universidad de Rigshospitalet en Copenhagen, Dinamarca, también examinó la asociación entre la ingesta de grasas y las características del semen de 701 hombres jóvenes. Los resultados indican que los jóvenes que consumieron la mayor cantidad de grasas saturadas presentaron 38% de disminución de la concentración del esperma y 41% de reducción del conteo espermático, en comparación con aquellos participantes que consumieron la menor cantidad de ese tipo de grasas.
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