Uno de los aspectos más importantes en el estudio de fertilidad de la mujer es la determinación de su reserva ovárica, es decir, de la cantidad de óvulos que permanecen en sus ovarios. En los últimos años, la determinación del nivel de hormona antimulleriana (HAM) en sangre se ha convertido en uno de los principales factores pronóstico.
Como es sabido, la calidad y cantidad de óvulos de los que dispone una mujer disminuye a medida que avanza su edad. Sin embargo, existe una gran variabilidad entre mujeres que hace imposible determinar sólo con ese dato el potencial reproductivo de una mujer. Por este motivo, se han establecido diferentes métodos que permiten determinar la cantidad de óvulos restante en los ovarios y con ello la capacidad reproductiva de una mujer.
Probablemente el método más sencillo y uno de los más fiables es el llamado recuento de folículos antrales. Consiste en una ecografía por vía vaginal en la que se cuentan el número de folículos ováricos (pequeñas “bolsas” o estructuras que contienen los óvulos) observados en cada ovario durante los primeros días del ciclo.
Junto a la edad de la mujer y la ecografía basal, el tercer valor a tener en cuenta es el perfil hormonal. Tradicionalmente se valoraban los valores de FSH, LH y Estradiol en sangre entre el tercer y quinto día del ciclo. Sin embargo, estas determinaciones se están viendo reemplazadas cada vez más por la determinación de hormona antimulleriana (HAM).
La hormona antimulleriana es una glicoproteína producida por las células de la granulosa de los folículos más pequeños, de manera que su determinación nos permite conocer la reserva ovárica de forma más precisa. El valor resultante es además independiente de otros factores como el día del ciclo menstrual en el que se encuentre la mujer y de si utiliza o no anticonceptivos orales, por ejemplo.
En la fase embrionaria, esta hormona tiene un papel decisivo en la determinación del sexo fetal, ya que inhibe en el feto masculino la formación de los conductos de Müller (que en los fetos de sexo femenino se convierten posteriormente en la parte superior de la vagina, el cérvix, útero y las trompas de Falopio). En mujeres adultas, la principal función de la HAM en el ovario es mantener la reserva folicular, regulando el crecimiento y maduración de los folículos de menor tamaño.
La hormona antimulleriana ha demostrado ser el marcador más eficaz para relacionar la capacidad reproductiva en función de la edad. Un resultado por debajo de 0,7-1ng/ml haría preveer una baja respuesta a la estimulación ovárica y por lo tanto unas menores probabilidades de concebir, incluso con técnicas de reproducción asistida.
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