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La Asociación Nacional de Infertilidad de EEUU afirma que las mujeres que cuidan la salud de su cuerpo por medio de la dieta y el ejercicio contribuyen a preservar su fertilidad.

Estar muy por encima o muy por debajo del peso ideal afecta la capacidad reproductiva tanto de la mujer como del hombre. Según datos publicados por la Asociación Nacional de Infertilidad de EEUU, el 12% de los casos de infertilidad ovulatoria se vinculan con un peso por debajo de lo normal, y un 25%, con sobrepeso.

El equilibrio de la grasa corporal también juega un rol clave en la fertilidad. Si el contenido es menor del 22%, los ciclos menstruales pueden ser irregulares y haber disfunción ovulatoria. Este es un fenómeno común en las mujeres con anorexia nerviosa y en las atletas, según la Asociación Nacional de Infertilidad.

La actividad física aeróbica demasiado vigorosa puede inhibir la producción de progesterona y estrógeno, las hormonas necesarias para quedar embarazada. Los ciclos de ovulación se desregulan y el sistema reproductivo “se cierra”, de acuerdo con un artículo del 2010 del Dr. David Olive, publicado en la revista científica Current Opinion in Obstetrics and Gynecology. Olive señala que la frecuencia, la duración y la intensidad del ejercicio pueden reducir las posibilidades de embarazo.

Por eso, en el caso de las mujeres con trastornos en el ciclo menstrual por bajo peso, la Asociación Nacional de Infertilidad aconseja atenuar la actividad física. Sugiere tomar una clase de gimnasia aeróbica combinada con ejercicios de elongación, o hacer yoga. Si el problema es el sobrepeso, se recomienda incorporar gradualmente la actividad en la rutina diaria, mediante caminatas.

En resumen, hay que hacer ejercicio para alcanzar o mantener un peso normal que aumente las oportunidades de quedar embarazada, tal como indica la Dieta de la Fertilidad de la Universidad de Harvard. Es aconsejable consultar con el médico las mejores opciones de actividad física para cada mujer.

Referente a los hombres, un estudio estadounidense publicado en la revista científica British Journal of Sports Medicine, indica que los hombres con un nivel mayor de actividad física tienen una mejor calidad de semen.

Se les preguntó a 189 hombres cuántas horas de televisión miraban por día y cuántas dedicaban al ejercicio. Luego, se testeó su semen. Los jóvenes que llevaban una vida sedentaria y miraban más de 20 horas de TV por semana presentaron un recuento de esperma un 44% menor que aquellos más activos. Y quienes hacían 15 horas o más de ejercicio físico moderado por semana, tenían una calidad de esperma muy buena, mejor que los que no se movían.