Josep Oliveras
Josep Oliveras.
Biólogo especialista en técnicas de reproducción humana asistida.

Como es sabido, la mujer nace con todos los óvulos de los que va a disponer a lo largo de su vida, que son madurados de manera periódica desde la pubertad hasta la menopausia. La reserva ovárica, es decir, el número de óvulos restante en los ovarios de una mujer, está directamente relacionada con su capacidad de tener hijos.

A medida que la edad de la mujer avanza, el número y la calidad de óvulos restante es menor. A pesar de la gran importancia de la edad en la fertilidad de la mujer, este dato por sí sólo no es un parámetro fiable: entre mujeres de la misma edad, el número de óvulos restante puede ser muy distinto. Existen factores ambientales pero también genéticos que afectan a la edad ovárica de la mujer.

Los métodos más fiables para evaluar la reserva ovárica  son el recuento de folículos antrales mediante ecografía y la valoración de la hormona anti-Mülleriana, que empieza a decrecer aproximadamente 10 años antes de que la mujer entre en menopausia.

La menopausia aparece cuando el reclutamiento folicular disminuye por debajo de un cierto nivel, aproximadamente entre los 45 y los 55 años. La edad ovárica y como consecuencia la edad de la aparición de la menopausia tienen un importante componente genético.

Un estudio publicado en el año 2012 demostró que los resultados del recuento de folículos antrales y la determinación de la hormona anti-Mülleriana son menores en mujeres cuyas madres tuvieron la menopausia antes de los 45 años.

Se han caracterizado hasta la fecha múltiples genes que podrían tener relación con la reserva ovárica, ya sea a nivel de formación del tejido ovárico como del reclutamiento o maduración de los folículos que contienen los óvulos. También se han estudiado los procesos de expresión genética relacionados con estos procesos.

Los estudios coinciden en señalar que parece probado que existe una influencia hereditaria en la reserva ovárica. Sin embargo, aún es necesario profundizar mucho más en el conocimiento de los genes y procesos concreto implicados en este proceso.

Identificar unos marcadores genéticos fiables de reserva ovárica abrirá las puertas a una nueva era en estimulación ovárica, en la que se administrarán tratamientos personalizados a cada paciente, aumentando significativamente su eficacia.