Llega a España otro avance en medicina reproductiva: el Cryotec, un nuevo sistema japonés que garantiza la supervivencia del 99% de los embriones desvitrificados para ser utilizados en los tratamientos de Fecundación in Vitro.
El Dr. Masashige Kuwayama, referencia mundial en Criobiología y Jefe de Embriología de uno de los mayores centros de fertilidad del mundo, el Repro-Support Medical Research Centre de Tokio, es quien ha desarrollado este nuevo sistema. Se basa en el potencial de nuevos medios de cultivo, que resultan más estables y puros que los convencionales.
Según explica la Dra. Marisa López-Teijón, Jefa de Reproducción Asistida de Institut Marquès, “este avance nos permite aumentar las tasas de embarazo con embriones desvitrificados y reducir el número de embriones a transferir, ahora que sabemos que no perderán potencial.”
La diferencia entre congelación y vitrificación está en el procedimiento técnico utilizado. La vitrificación es una técnica de congelación en la que se usan concentraciones de crioprotectores y tasas de enfriamiento y calentamiento extremadamente rápidas que evitan la formación de cristales de hielo que destruyen las membranas celulares y pueden matar la célula. De esta forma, en solo milésimas de segundos el óvulo pasa de 22 grados -196, a diferencia de las técnicas convencionales en las que este proceso duraba horas.
Según la Dra. Esther Velilla, Directora del Centro de Medicina Embrionaria, “con los métodos tradicionales de congelación lenta conseguíamos que 6 de cada 10 ovocitos sobrevivieran al proceso, con la vitrificación conseguíamos que 8 de cada 10 lo hicieran, y ahora, con este nuevo sistema logramos que sobrevivan prácticamente todos”.
Las tasas de embarazo son casi las mismas con embriones congelados que frescos. La congelación de embriones se realiza cuando una pareja ha seguido un ciclo de Fecundación In Vitro (FIV) y quedan embriones sobrantes que no se han transferido a la mujer. Estos embriones podrán ser descongelados e implantados en un futuro para que la pareja pueda tener un segundo hijo, o bien una nueva oportunidad de embarazo si el primer intento no ha concluido con éxito.
Para preservar la fertilidad de una mujer se recurre a la vitrificación de ovocitos. Los motivos pueden ser distintos: antes de un tratamiento oncológico que podría dañar los óvulos, aplazar el proyecto de maternidad o bien disponer de un banco de óvulos para todas las pacientes que necesiten hacer un tratamiento de FIV con óvulos de donante.
La congelación de óvulos ha sido siempre uno de los desafíos más grandes en Reproducción Asistida, por las dificultades que presenta la estructura del ovocito para su congelación. El primer nacimiento de un óvulo congelado se produjo en 1986, cuando un científico chino publicó el hallazgo en la revista The Lancet, pero su uso no se generalizó en la práctica clínica hasta al cabo de varios años. El óvulo es la célula más grande del cuerpo humano y contiene grandes proporciones de agua en su interior que al congelarse facilitan la formación de cristales de hielo que pueden romper sus delicadas estructuras.
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