Hoy en día, muchas mujeres van posponiendo el momento de ser madres porque antes quieren hacer otras cosas como estudiar, conseguir un buen trabajo, viajar, etc. Pero la edad juega un papel muy importante a la hora de querer tener un hijo. Y es que con el paso de los años, la calidad de los óvulos desciende. Por ese motivo, algunas chicas deciden congelar sus óvulos.
Actualmente, buena parte de la sociedad femenina prioriza su carrera profesional y sus hobbies al hecho de ser madre, de modo que cuando más adelante les llegan las ganas de tener un hijo, se encuentran con problemas de fertilidad. Y es que la edad es clave a la hora de concebir: la fertilidad de la mujer se reduce considerablemente a partir de los 35 años, ya que la dotación de ovocitos con la que nace va disminuyendo.
Por ese motivo, la vitrificación o congelamiento de óvulos se presenta como una alternativa para ‘ganar tiempo’ al reloj biológico, ya que la vitrificación permite preservar los óvulos para usarse cuando la mujer lo crea conveniente.
Según el doctor Alberto Kably, director del Centro Mexicano de Fertilidad, se calcula que en cada ciclo menstrual se pierden unos 1.000 óvulos. Esto significa que queda alrededor del 10% de la reserva total antes de llegar a los 40. Además de la reducción de la cantidad, también la calidad de los óvulos va disminuyendo con el paso del tiempo.
La edad ideal para someterse a un proceso de vitrificación de óvulos es entre los 20 y los 35 años, porque a partir de esta edad la calidad de los óvulos empieza a disminuir, explica la doctora Edith Cervantes Guerrero, ginecóloga y bióloga de la reproducción, directora médica del Instituto Mexicano de Alta Tecnología Reproductiva (INMATER).
Por otro lado, también hay que tener en cuenta que congelar un óvulo no garantiza un embarazo seguro. Para lograrlo se requieren otras condiciones como que el espermatozoide utilizado sea apto para la fecundación.
En total se congelan 10 óvulos con posibilidad de embarazo real y se recomienda utilizarlos en los cinco años siguientes. El procedimiento para extraerlos es muy sencillo, de modo que si se hace un buen examen previo, los riesgos son mínimos. Mujeres con afecciones vasculares, problemas de coagulación y daño hepático, no pueden someterse a él.
La psicoterapeuta Rocío Sánchez-Granillo añade que “no es una decisión que se pueda tomar a la ligera, ya que congelar los óvulos es un proceso distinto a la forma tradicional de conseguir un embarazo, por lo que debe haber sido muy hablado con la pareja, en caso de tenerla o, siendo soltera, reflexionar qué la lleva a buscar la criopreservación de sus óvulos”.
En definitiva, gracias a la vitrificación de óvulos, disminuye la angustia causada por el reloj biológico y el paso de los años. Por eso cada vez son más las mujeres que lo están considerando.
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