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Durante los últimos cinco años ha aumentado el número de mujeres solteras que acude a centros de reproducción asistida. La cifra se ha multiplicado por 2,5. Los motivos principales son la carrera profesional y la falta de la pareja ideal.

La mayoría de las mujeres que optan por la maternidad en solitario son chicas con un trabajo estable y una buena situación económica. Su media de edad se sitúa en los 39 años, una edad en la que cuesta más conseguir un embarazo debido a que la reserva ovárica ha disminuido y los óvulos son de peor calidad que cuando la mujer era más joven.

Se trata de mujeres que han ido postergando la maternidad sobretodo por motivos profesionales, ya que han priorizado su carrera y no han encontrado el momento de ser madres. También aumenta la cantidad de chicas que por no encontrar su pareja ideal, han dejado pasar el tiempo esperando que llegaría el padre de sus hijos. Pero finalmente no es así, y deciden recurrir a la reproducción asistida.

La doctora Victoria Verdú, coordinadora de Ginecología de Ginefiv, explica que suelen ser mujeres que «se encuentran en el límite de su edad reproductiva, por lo que deciden tener un hijo solas al no poder retrasar más la hora de la maternidad y contar, además, con independencia económica».

Según esta ginecóloga, las opciones que la reproducción asistida ofrece a las madres solteras para lograr el embarazo son «exactamente las mismas que a cualquier otra mujer, con la diferencia de que se tendrá que recurrir a la donación de semen para obtener el gameto masculino».

Así pues, para empezar se busca un donante joven y sano que tenga unas características fenotípicas similares a la madre con el objetivo de que el bebé sea lo más parecido posible. La donación siempre es anónima, por lo que no se sabrá nunca la identidad del donante.

Si la paciente es sana y fértil, se podrá realizar una inseminación artificial. Pero si por motivos de edad u otros tiene menos capacidad ovocitaria y su tasa de anomalías cromosómicas es más alta, entonces se realizará una Fecundación in Vitro (FIV).

«No obstante, se debe tener en cuenta que aquellas pacientes que no puedan utilizar sus propios óvulos, podrán recurrir también a la donación de ovocitos o embriones para vivir la experiencia de ser madre», concluye la ginecóloga.

En definitiva, la medicina reproductiva permite que tanto las mujeres jóvenes como las que rozan los cuarenta que, por un motivo u otro, deciden ser madres solteras, puedan conseguirlo.