En las últimas dos décadas han aparecido múltiples técnicas para valorar la calidad de los embriones creados en un ciclo de Fecundación in vitro. Sin embargo, los expertos siguen buscando datos que permitan elegir los embriones que tienen más probabilidades de dar lugar a un embarazo.
Las técnicas de screening genético de los embriones (el llamado Diagnóstico Genético Preimplantacional) se han basado en el análisis del número de cromosomas en sus células. Sin embargo, algunos estudios hace más de 20 ya demostraron que las anomalías cromosómicas son comunes en embriones humanos con capacidad de implantar.
El uso de técnicas genéticas que permiten analizar los embriones se está incrementando, permitiendo a médicos y biólogos transferir embriones con el número correcto de cromosomas. A pesar de ello, aún en el caso de seleccionar embriones con la dotación cromosómica correcta, sólo un tercio de ellos consigue dar lugar a un embarazo.
En el congreso anual de la Sociedad Europea para la Reproducción Humana y Embriología, que se celebra estos días en Helsinki, se ha presentado un nuevo estudio que podría explicar por qué tantos embriones aparentemente sanos no son viables. La técnica se basa en la cuantificación del DNA de las mitocondrias que se encuentran en la capa celular más externa de los embriones al quinto día de su desarrollo.
La combinación del análisis de los cromosomas junto con la cuantificación del ADN mitocondrial podría proporcionar una medida más certera sobre la viabilidad del embrión y su capacidad de implantación.
Según la Dra Epida Fragouli, investigadora de la empresa Reprogenetics y del Departamento de Ginecología y Obstetricia de la Universidad de Oxford, el estudio “demuestra que los niveles de ADN mitocondrial son un buen factor predictivo del potencial de implantación de un embrión”. Incluso embriones cromosómicamente normales y con una buena morfología tienen una capacidad prácticamente nula de dar lugar a un bebé si presentan niveles anormales de ADN mitocondrial.
El estudio se llevó a cabo en embriones entre el quinto y el sexto día de su desarrollo (estadío de blastocisto), todos ellos con un resultado normal en el análisis cromosómico.
De un total de 111 embriones transferidos, todos los embriones que dieron lugar a embarazo (78) presentaron unos niveles normales de ADN mitocondrial. Por el contrario, un 24% (8/33) de los embriones con los que no se obtuvo el embarazo presentaban niveles demasiado altos.
Los embriones con niveles normales de ADN mitocondrial obtuvieron una tasa de embarazo del 76%, mientras que a partir de los embriones con un nivel demasiado alto no se obtuvo ningún embarazo (0/8).
Según la Dra Fragouli, “los resultados confirman que embriones con niveles excesivamente elevados de ADN mitocondrial raramente consiguen dar lugar a un embarazo, lo que demuestra que este es un buen factor pronóstico”.
La metodología para cuantificar el ADN mitocondrial fue validada en un estudio previo, con 700 embriones procedentes de distintas clínicas de Europa y Estados Unidos, en el que también se observó que los blastocistos con niveles de ADN mitocondrial elevados presentaban un potencial de implantación muy bajo.
En la presentación de los resultados, la Dra Fragouli insistió en la necesidad de analizar primero las anomalías cromosómicas del embrión, puesto que la valoración del ADN mitocondrial sólo se puede llevar a cabo en embriones cromosómicamente normales. Por este motivo, su grupo ya trabaja en el desarrollo de un análisis conjunto de ambos factores.
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