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Cuando una mujer detecta algún problema de fertilidad, acude al ginecólogo o directamente a los especialistas de reproducción asistida. Pero hay que tener en cuenta que el papel de los médicos de familia también es importante. Son ellos los que tienen un contacto más próximo y frecuente con las mujeres que algún día querrán ser madres. Así pues, entre otras cosas, les pueden advertir que postergar demasiado la maternidad puede conllevar dificultades para concebir.

La asociación de Médicos de Familia de Australia ‘The Royal Australian College of General Practicioners’ ha publicado una guía titulada ‘Tomando decisiones sobre la fertilidad’. En esta guía, los autores liderados por Danielle Mazza indican que su especialidad tiene mucho que hacer en la prevención de la infertilidad, teniendo en cuenta sobre todo que el factor edad es uno de los principales motivos de los problemas de infertilidad que padecen algunas parejas, ya que cada vez se retrasa más el momento de formar una familia.

Según los autores del documento, el descenso de natalidad que ha habido durante los últimos 30 años en los países industrializados tiene mucho que ver con la falta de concienciación sobre los efectos de retrasar la maternidad. En este sentido, señalan que el médico de familia suele ser el primer especialista al que acude la pareja que busca ayuda para tener hijos.

La guía sugiere 3 cuestiones sobre la fertilidad que los médicos de familia deberían tratar con sus pacientes:

En primer lugar, destaca el hecho de que las mujeres quieren tener más hijos de los que permite la edad media de inicio de la maternidad. Varias encuestas realizadas a mujeres de unos 20 años de edad indican que la gran mayoría de ellas afirman querer ser madres de más de un hijo y sólo entre el 6-8% de menos de 30 años admiten que no quieren ser madres.

Pero estas cifras no coinciden con la realidad. Por eso, según la guía, los médicos de familia deberían recordar a sus pacientes que las aspiraciones y la realidad no siempre coinciden, cuando se habla de cuestiones de planificación familiar. De todos modos, el médico tampoco debe animarlas a que adelanten la maternidad, ya que es algo privado de la mujer, sino que se trata más que nada de informar y advertir.

En segundo lugar, los médicos de familia pueden recordar a sus pacientes que retrasar la maternidad tiene consecuencias médicas: las mujeres mayores de 35 años tienen más riesgo de dar a luz niños con anormalidades cromosómicas o defectos de nacimiento y las mayores de 40 más posibilidades de sufrir abortos o dar a luz niños sin vida.

Por último, los médicos de familia pueden decir a sus pacientes que la capacidad reproductiva de las mujeres empieza a declinar a los 35 años, y no a los 40 como muchas piensan. Además, algunas creen que si el problema es la edad, lo solucionaran con la reproducción asistida. Pero, si bien sus tasas de éxito han mejorado mucho, tampoco hace milagros como creen algunos usuarios potenciales.

En definitiva, los médicos de familia juegan un papel importante en la prevención de la infertilidad y su atención es importante con las mujeres que querrán ser madres en un futuro, ya que el factor edad es clave a la hora de concebir.