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Casi la mitad de las parejas con problemas de fertilidad encuentran en el hombre el origen de la incapacidad reproductiva. Es conveniente que ellos mismos sepan reconocer la señales que pueden indicar infertilidad masculina y así acudir al especialista cuanto antes.

La Guía Clínica sobre la infertilidad masculina, de la Asociación Europea de Urología, señala que en el 50% de los casos de parejas que no consiguen quedar embarazadas, la incapacidad de concebir está relacionada con un problema de infertilidad en el hombre.  Además, según el Primer Estudio Nacional del Semen en Jóvenes Españoles, la calidad del semen del 57,8% de los jóvenes españoles es inferior a lo que la OMS considera normal.

Para reconocer el problema de infertilidad, hay señales que el mismo hombre puede detectar. Por un lado, la aparición de varices en los testículos: la varicocele presenta varices en las venas que drenan la sangre de los testículos, que se dilatan. Esta anomalía representa el 15,6% de los casos de infertilidad en el hombre.

Por otro lado, la caída del vello corporal y cambios en la voz: estos síntomas pueden alertar de que el hombre padece hipogonadismo, una disfunción testicular relacionada con los bajos niveles de testosterona. Este problema representa el 9% de los casos de infertilidad masculina.

Otra señal puede ser una infección en el sistema urinario o en los órganos reproductivos del hombre. Los síntomas de su presencia son hinchazón testicular, dolores en el escroto y dolores al orinar. Este problema genera el 8% de los casos de infertilidad en el hombre.

Ante una situación de infertilidad en el hombre, se recomienda acudir al especialista para que estudie las particularidades de cada caso concreto y recomiende las pruebas diagnósticas más adecuadas para la pareja. Para elaborar un diagnóstico de infertilidad en el hombre es necesario estudiar su historial clínico (salud, fertilidad, hábitos sexuales) y de llevar a cabo un examen físico.

El primer paso suele ser examinar la calidad del semen del hombre. La prueba más frecuente es el seminograma, que analiza el semen eyaculado y distintos parámetros del esperma (movilidad, morfología, concentración o vitalidad) para determinar sus características. Este examen también incorpora una analítica de sangre, para detectar los niveles de determinadas hormonas (testosterona y prolactina, entre otras) relacionadas con la producción de esperma.

De este modo, cuando se haya detectado el origen del problema, los especialistas podrán recomendar el tratamiento de reproducción asistida más adecuado para la pareja.