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Cada vez más mujeres mayores de 40 años acuden a clínicas de fertilidad en busca de un tratamiento de reproducción asistida que les permita ser madres. El IVI ha experimentado un aumento del 34% en este tipo de tratamientos durante los últimos cinco años.

Durante el 2011, el Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI) atendió a más de 6.000 mujeres entre los 40 y 49 años que acudieron al centro para intentar tener un hijo gracias a la medicina reproductiva. Durante el 2007, el mismo centro atendió a 3.486 pacientes con este perfil.

Según el IVI, este aumento de tratamientos en la franja de edad conocida como maternidad tardía, es consecuencia de un cambio social en nuestro país. Y es que el Instituto Nacional de Estadística (INE) indica que entre 2007 y 2011 los alumbramientos de madres mayores de 40 años ha aumentado en un 32,6%.

En relación a este cambio, el director médico del Grupo IVI, Antonio Requena, explica que «la cifra incrementa cada año un poco más, de la misma manera que lo hace el número de parejas que necesitan la ayuda de la Fecundación in Vitro (FIV) para poder ser padres».

El número de madres activas a nivel laboral ha aumentado un 27% en el último lustro y ya supone el 72% del total de madres en España. La edad media para tener un hijo se ha retrasado hasta los 32,1 años en nuestro país.

Cada vez más parejas necesitan la medicina reproductiva para poder cumplir su sueño de tener un hijo. El aumento de parejas que acuden a las clínicas de fertilidad es debido a que casi el 15% de la población en edad reproductiva tiene problemas de esterilidad y también que la mitad de los pacientes que llegan son mujeres mayores de los 35.

«La decisión de posponer la maternidad está contribuyendo a aumentar el número de parejas con dificultades para concebir, puesto que la edad es uno de los principales condicionantes de la capacidad reproductiva de las mujeres», explica el director médico del IVI.

«Llegados los 40, son muchas las mujeres que sienten que están en su mejor momento tanto a nivel laboral como afectivo porque han logrado desarrollar una carrera profesional, disfrutan de una relación estable con su pareja pero la capacidad reproductiva no se ha adaptado a estos cambios sociales para cumplir sus deseos de maternidad tardía», añade Requena.

Según el especialista, la medicina reproductiva da respuesta a esta nueva realidad de la sociedad a través de dos vías. Por un lado, se pueden congelar los ovocitos cuando la mujer todavía es joven para poder usarlos más adelante. Por otro lado, se puede recurrir a óvulos de donantes para poder ser madre si los propios no funcionan.

«Si se decide intentar el embarazo con óvulos propios, el Diagnóstico Genético Preimplantacional nos ayudará a mejorar los resultados de embarazo en pacientes de más edad», concluye el doctor.