El exceso de grasa no sólo afecta a la fertilidad de las mujeres, sino que los hombres también ven reducidas sus posibilidades de tener hijos cuando acumulan unos quilos de más. Sabiendo esto, es importante que las personas obesas bajen de peso tanto si quieren buscar un bebé de forma natural como si tienen que recurrir a la reproducción asistida. Con una dieta sana y practicando deporte moderado, no solo se consigue un estilo de vida saludable sino que además disminuyen las posibilidades de infertilidad.
Diversos estudios describen el efecto de la obesidad en la infertilidad masculina como de pequeña magnitud, pero cuando se evalúa a un nivel poblacional se nota que es algo bastante significativo. Cabe recordar que un tercio de los casos de infertilidad se atribuyen al factor masculino, otro tercio a causas mixtas y el restante encuentra su origen en la mujer.
La reproducción asistida ofrece solución a los problemas de fertilidad como por ejemplo la inyección intracitoplasmática (ICSI). Aunque es conveniente recordar que el exceso de peso no sólo dificulta la concepción natural, sino que también empeora los resultados de los tratamientos de fertilidad.
Pero, ¿por qué son más infértiles los hombres obesos? Según describe un análisis publicado en el portal Medscape, los motivos son varios: una menor concentración de espermatozoides en el semen, un número menor de ellos, una motilidad también inferior y problemas en la morfología, así como de fragmentación del ADN. Además, se han observado alteraciones fisiopatológicas en los hombres obesos, como niveles más bajos de testosterona, que implican hipogonadismo.
Como la obesidad no suele venir sola, también existen problemas asociados que afectan a la fertilidad. Es el caso de la apnea del sueño, ligada también a los niveles bajos de testosterona y a la propia vida sendentaria, que incrementa la temperatura testicular, sospechosa de afectar a la capacidad reproductiva.
Ante los problemas descritos, es obvio que hacen falta soluciones. Para empezar hay que tratar la obesidad con modificaciones del estilo de vida, es decir, cambiando las conductas de riesgo como la mala alimentación y el sedentarismo. Mantener una dieta equilibrada y practicar deporte moderado tiene muchos beneficios saludables pero además mejora la capacidad reproductiva.
En la investigación han aparecido otras posibles actuaciones como la cirugía bariátrica, la utilización de inhibidores de la aromatasa o el tratamiento con gonadotropina, la terapia hormonal y la metformina, pero falta seguir estudiando en estas líneas para comprobar si realmente pueden solucionar o revertir la infertilidad en los varones.
En definitiva, la relación entre obesidad masculina e infertilidad es clara pero tiene que ser más estudiada, teniendo en cuenta además, una previsión de su aumento. La buena noticia es que hay alternativas, aunque queda mucho trabajo para que se incluyan en la práctica clínica.
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