La cantidad y la calidad de los espermatozoides que producen los hombres depende de su habilidad para manejar el estrés. Aquellos que sufren altos niveles de ansiedad y estrés, tanto pasajeros como prolongados, eyaculan menos semen y tienen una menor concentración y cantidad de espermatozoides.
Un estudio italiano ha medido el impacto que tiene el estrés en los espermatozoides, tanto en periodos de tiempo largos como cortos. Los varones con los niveles más altos de ansiedad, producen menor cantidad de semen y de peor calidad. Además, son más propensos a tener espermatozoides deformados o con poca movilidad.
«Juntas, nuestras observaciones sugieren sólidamente que el estrés y la ansiedad serían un factor importante en la fertilidad masculina», escribe el equipo liderado por Elisa Vellani, del Hospital Europeo de Roma. Los resultados del estudio se han publicado en la revista Fertility and Sterility.
Estudios previos ya habían hallado que los hombres que realizan un tratamiento o una evaluación de fertilidad tienen niveles de estrés más altos que la persona promedio. Pero, según explica el equipo investigador, nadie había analizado si el aumento pasajero o prolongado del estrés o la ansiedad tenían distintos efectos.
El equipo reunió a 94 pacientes que concurrían por primera vez a la clínica de fertilidad del hospital y a 85 hombres que no consultaban por un tratamiento de fertilidad (grupo control). A cada participante se le solicitó una muestra de semen para analizar. Se les evaluó el nivel de estrés y ansiedad con escalas estandarizadas (las respuestas podían sumar entre 20 y 80 puntos; a mayor valor, mayor estrés o ansiedad).
Ambos grupos obtuvieron entre 37 y 40 puntos, un rango que no se considera «patológico». Al comparar a los 28 hombres con los niveles más bajos de estrés y ansiedad con los 40 participantes con los niveles más altos, el equipo observó que los que estaban estresados eran más propensos a tener una baja concentración y cantidad de espermatozoides. Además, los participantes más estresados eran más propensos a tener espermatozoides inmóviles y con rupturas del ADN.
Sin embargo, una especialista en fertilidad ajena al estudio consideró difícil saber cómo esto se aplicaría a la población general, porque los participantes ya concurrían a una clínica de fertilidad.
«¿Un hombre se estresa porque es infértil o el estrés causa su infertilidad?», se preguntó Tina Jensen, investigadora del Hospital Universitario de Copenhague que estudió los efectos del entorno en la calidad del semen.
El estudio precisa que la relación entre estrés y calidad del semen se debilitó en el grupo que no estaba buscando tratamiento de fertilidad y que también parecía tener mejor calidad seminal. Los hombres que necesitaban tratamiento producían unos 29 millones de espermatozoides por ml de semen, comparado con unos 52 millones/ml en los hombres del grupo control. (Para la Organización Mundial de la Salud, 15 millones de espermatozoides por ml es un valor normal.)
El equipo considera que deberían tenerse en cuenta «los factores sociales y psicológicos» cuando se evalúan las posibles causas de infertilidad y se realiza el tratamiento correspondiente.
Jensen señaló que el estudio no especifica las diferencias entre los hombres más y menos estresados, pero coincidió en que los resultados son quizás más importantes para los hombres que comenzarán un tratamiento de infertilidad, un proceso que es muy estresante. «Para el resto de los hombres, no es importante», sostuvo Jensen.
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