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Hay parejas con problemas de infertilidad que no logran finalizar el proceso de reproducción asistida porque tiran la toalla cuando todavía no han conseguido el embarazo. En el caso de las mujeres suele ser debido al poco apoyo familiar que reciben. Para los hombres, lo duro es no poder hablar con la pareja sobre sus problemas de infertilidad. Aún así, el porcentaje de abandono es bajo.

Según los especialistas en reproducción asistida, el tirar la toalla antes de terminar es un fenómeno común. Se trata de parejas que ya llevan tiempo intentando concebir mediante tratamientos reproductivos pero llega un día en que se rinden. No es que ya no tengan opciones, sino que teniendo alternativas médicas y habiendo ya empezado el proceso, deciden dejarlo.

Un estudio publicado en la revista ‘Human Reproduction’ y realizado por especialistas de la Universidad de Cardiff y el Hospital Universitario de Copenhague, demuestra que, más allá del cansancio físico por los tratamientos, la familia y el entorno social son factores muy importantes a la hora de decidir abandonar un tratamiento de fertilidad.

Según los autores, hasta ahora se sabía que los pacientes de infertilidad podían sufrir a nivel físico, psicológico y económico. Estudios anteriores habían demostrado que este tipo de presiones incrementaban la posibilidad de optar por finalizar el tratamiento antes de que se agotaran las opciones terapéuticas pero, ¿podían influir también las relaciones sociales?

A esa pregunta es a la que pretendieron responder los investigadores con su estudio, en el que participaron 777 pacientes (427 mujeres y 350 hombres) que estaban intentando tener hijos mediante la medicina reproductiva y no lo habían conseguido durante el primer año.

Tras esos primeros 12 meses de intento en el que las mujeres se sometieron a una media de 2,6 Fecundaciones in Vitro (FIV), el 23% de los participantes optaron por dejarlo. Las razones varían según el sexo. Para las mujeres es el poco apoyo familiar el factor más determinante. También les afecta no poder contar con el soporte de sus amistades. Para los hombres, no poder hablar con su pareja sobre sus problemas de infertilidad cuando es el varón el responsable del problema.

En conclusión, el estudio demuestra que la interacción social con los miembros de la familia así como con la propia pareja, son factores significativos para decidir terminar con el tratamiento antes de que se agoten las opciones de la medicina reproductiva. Tanto entre hombres como entre mujeres, niveles bajos de apoyo social también influyen en la finalización de los tratamientos, así como en el incremento de la frecuencia de conflictos dentro de la pareja.

Así pues, los autores indican que a la hora de iniciar un tratamiento de este tipo, el personal de las clínicas de fertilidad debe conocer las relaciones que mantiene la pareja tanto entre ellos como con sus familiares y amigos.