El investigador británico Robert Edwards ha fallecido hoy a la edad de 87 años. Edwards fue pionero en la investigación de la Fecundación in Vitro (FIV) consiguiendo el primer nacimiento de un bebé probeta.
Edwards empezó su investigación en el terreno de la reproducción asistida a mediados de la década de 1950. Desarrolló la técnica que permitió el nacimiento en 1978 del primer bebé probeta, la británica Louise Brown, y revolucionó el tratamiento de la esterilidad a través de la reproducción asistida. Desde entonces han nacido en el mundo 5 millones de niños mediante Fecundación in Vitro (FIV).
El científico británico tuvo que vencer “retos monumentales” en el campo de la ciencia y superar la “fuerte oposición del sistema”, que alegaba obstáculos éticos a sus investigaciones, según apuntó en 2010 el Instituto Karolinska de Estocolmo, que le otorgó el Premio Nobel de Fisiología y Medicina en 2010. Tras la concesión del galardón a Edwards, el Vaticano se mostró “perplejo” por la decisión.
A lo largo de su investigación, el científico británico descubrió cómo extraer el óvulo del cuerpo de la mujer, describió los periodos en los que el óvulo está preparado para ser fecundado y desarrolló la técnica para que los espermatozoides se activen y fecunden el óvulo. Edwards desarrolló primero su técnica en animales y después demostró que el embrión humano podía ser cultivado e implantado dando lugar al nacimiento de un bebé sano.
Su exitoso método fue una revolución en el tratamiento de la infertilidad. Pero al principio despertó dudas éticas y científicas entre sus colegas, por eso de entrada no recibió apoyo financiero por parte del organismo británico Medical Research Council. Después, con el nacimiento de Louise Brown, el primer bebé probeta del mundo, y con la publicación en la revista científica «The Lancet» de ese logro, otros laboratorios comenzaron a trabajar para reproducir los resultados de Edwards.
Anna Veiga, presidenta de la ESHRE y Directora de I+D de Biología del Servicio de Reproducción de Salud de la Mujer Dexeus, explica que “Bob era un líder incansable e inspirador en la medicina reproductiva, y es justo decir que los tratamientos de infertilidad que tenemos hoy en día no se habrían desarrollado sin su dirección. Lo recordaremos por muchas razones, pero sobre todo por su escucha comprensiva, su coraje constante y por supuesto sus notables logros en la biología humana. Sin previsión científica de Bob y su atención a la pareja infértil, los tratamientos de reproducción asistida nunca habrían conseguido la aceptación universal que tenemos hoy en día”.
En 1984, junto con el ginecólogo francés Jean Cohen, Edwards fundó la Sociedad Europea de Reproducción Humana y Embriología (ESHRE) y le dio forma hasta que se convirtió en una de las sociedades más importantes del mundo de la ciencia y la medicina de la reproducción. En 1986, Edwards lanzó ‘Human Reproduction’, la revista que desde entonces ha sido una importante referencia en este campo.
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