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Las alteraciones que produce la glándula tiroides tienen una gran importancia sobre la función ovárica, testicular y reproductiva. Se cree que un 40% de las mujeres que padecen de hipotiroidismo presentan trastornos menstruales.

La tiroides es una pequeña glándula en forma de mariposa que se encuentra en la parte delantera del cuello. Juega un papel muy importante en la salud puesto que las hormonas que produce ayudan a regular el crecimiento y desarrollo, la termogénesis (regulación de calor), la tasa metabólica del cuerpo (velocidad con la que la comida se transforma energía) y la creación de la síntesis de proteínas.

Aproximadamente 1 de cada 500 mujeres sufre esta enfermedad durante el embarazo (el hipotiroidismo ocurre entre un 3-5%; y el hipertiroidismo en un 2%). Algunas porque ya lo padecían, otras porque lo desarrollan durante la gestación. De una forma o de otra, su diagnóstico es muy difícil porque los síntomas suelen ser atribuidos al embarazo en lugar de a un desorden de la tiroides.

Las alteraciones en el ciclo femenino pueden ser en cuanto a la periodicidad con el que aparece o la cantidad de sangrado que trae el mismo, en el hipotiroidismo se altera el ciclo ovulatorio por lo que esto disminuye las posibilidades de fertilidad.

Por el contrario en el hipertirodismo la fertilidad suele estar conservada, pero con elevadísimos riesgos para la madre y el feto si no es tratada adecuadamente durante la gestación, por lo que se desaconseja quedar en embarazo, si no esta resuelto correctamente el cuadro de hipertiroidismo.

Los síntomas de tiroides son:

  • Voz ronca.
  • Lentitud al hablar.
  • Caída de cabello.
  • Piel seca, áspera.
  • Síndrome del túnel carpiano (adormecimiento de las manos).
  • Confusión y lentitud de pensamiento.
  • Palmas de las manos y plantas de los pies de color anaranjada.

También es sumamente reconocido por la ciencia que aquellas mujeres que padecen enfermedades tiroideas autoinmunes, tanto hipo como hipertiroidismo tienen mayor riesgo de una pérdida gestacional, incluso las pacientes con hipotiroidismo controlado y en correcto tratamiento del mismo, requieren de controles endocrinológicos con frecuencia durante sus embarazos y en mucho de ellos es necesario elevar las dosis de levotiroxina que reciben para no poner en peligro ni al niño ni a la madre.

A veces esta glándula produce demasiada o muy poca tiroxina (su hormona, que mantiene el funcionamiento normal del cuerpo), dando lugar a dos enfermedades: hipertiroidismo e hipotiroidismo. Si la mujer desea quedar en embarazo, y posee algún tipo de patología tiroidea, lo mejor es siempre consultar con el especialista.