Para las mujeres que desean postergar la maternidad por diferentes motivos profesionales o personales y para las que deben someterse a tratamientos de quimioterapia y/o radioterapia, la medicina reproductiva está ofreciendo diferentes técnicas que pueden ayudarles a preservar su fertilidad. La técnica de la criopreservación permite a las mujeres conservar el tejido ovárico para que puedan ser madres en un futuro.
La criopreservación de tejido ovárico es una técnica a través de la cual la corteza del ovario se corta en finas lonjas de un milímetro por 5 mm, dónde se alojan una buena cantidad de óvulos.
Las mujeres nacen aproximadamente con un millón de óvulos en sus ovarios sin posibilidad de generar de nuevos a lo largo de su vida. Cada óvulo está rodeado por una unidad completa de una pequeña cantidad de fluido y otras células que lo nutren llamado folículo. Todos los meses se pierde un pequeño porcentaje de esos folículos por desgaste, al igual que los óvulos ya que se van degenerando y ovulando a lo largo de su vida.
El 80% de las mujeres hacia los 50 años han agotado su reserva ovular ovárica, dando lugar a la menopausia. Aunque esta suele llegar alrededor de los 50 años de la mujer, unos 10 o 15 años antes ya empieza una reducción notable del número de óvulos en los ovarios y de su calidad.
La edad, por lo tanto, condiciona en gran medida la fertilidad de una mujer. Se observa una clara disminución de la capacidad reproductora de la mujer a partir de los 35 años, y ésta se acentúa a partir de los 40. El principal responsable de este declive reproductor es la pérdida de calidad ovocitaria provocada básicamente por el envejecimiento ovular.
Además, cabe señalar que esas posibilidades se pueden ver mermadas por la genética o por recibir un tratamiento de quimioterapia a causa de un cáncer. Igor Pérez Solf, ginecólogo del Centro de Fertilidad y Reproducción Asistida Cefra (Perú), explica que toda mujer que pasa por ese tratamiento pierde la posibilidad de generar óvulos en un 90% de los casos, y además, el experto añade que el 10% restante es posible que sufra daños en las células de los óvulos.
Pérez Solf explica que muchas de estas pacientes tendrán que esperar unos cinco años aproximadamente para saber si el cáncer desaparece del todo de sus vidas tras el tratamiento y para saber si aún tiene óvulos en buenas condiciones capaces de fecundarse.
Para llevar a cabo la criopreservación de tejido ovárico, primero se extraen partes pequeñas de tejido y se colocan en crioviales (pequeños tubos de plástico especial) y se guardan en nitrógeno líquido a -196ºC el tiempo que requiera la espera.
El experto explica que este tejido podrá colocarse en su lugar de origen cuando la paciente lo decida para que, de esta manera, los ovarios recuperen sus funciones naturales. Pérez dice que esta intervención puede parecer complicada pero que no lo es. Es una intervención que se realiza a través de una laparoscopia y la paciente puede reanudar su vida cotidiana de manera rápida, pero siempre siguiendo las recomendaciones de su médico.
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