Hay un centro público por cada 1.500.000 habitantes. En cambio, hay un centro privado por cada 280.000 habitantes. Es decir, cada centro público tiene que atender 5 veces más pacientes que un centro privado.
Esta desproporción también afecta a las listas de espera: la medicina privada no tiene lista de espera, mientras que para la pública el paciente tiene que esperar una media de 399 días para ser atendido, según un estudio recientemente presentado de la Asociación Pro Derechos Civiles Económicos y Sociales (ADECES).
Así pues, en el campo de la reproducción asistida no se cumple con la equidad en el acceso sanitario, tal como lo demuestra el ‘Libro blanco sociosanitario de la infertilidad en España’ que ha realizado encuestas a 100 centros de los 217 existentes.
Los expertos afirman que “los centros privados llevan ventaja”. Esto no se puede comprobar con datos oficiales ya que en España, a diferencia de otros países, no es obligado registrar el funcionamiento de las unidades médicas especialistas en reproducción asistida.
El presidente de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF), Federico Pérez Milán, y el editor del libro blanco y jefe de la Unidad de Reproducción Humana del Hospital de Cruces de Bilbao, Roberto Matorras, afirman que las clínicas privadas tienen más recursos y adquieren antes los avances tecnológicos en el campo de la reproducción asistida, que evolucionan constantemente.
Otro dato que confirma la inequidad entre medicina pública y privada es que los centros públicos no ofrecen técnicas como querer retrasar la edad de la maternidad o como la congelación de ovocitos por motivos sociales. Explican desde la SEF que «en los públicos sólo se hace por razones médicas, como en mujeres que van a someterse a un tratamiento oncológico que pueda comprometer su fertilidad».
El hecho de que las mujeres retrasen cada vez más la maternidad conlleva un descenso en la tasa de natalidad en España. El libro blanco de la infertilidad destaca que en este país 3 de cada 100 niños nacen mediante técnicas de reproducción asistida. España tiene un nivel alto en reproducción asistida, con una media de éxitos cercana al 40% en Fecundación In Vitro (FIV).
Matorras explica que no quieren tanto mejorar en resultados de tasas de éxito de embarazo, sino en conseguir los mismos embarazos implantando menos embriones. Pérez Milán vaticinó que “los próximos avances en este campo se darán en la biología molecular, en forma de herramientas moleculares que permitan evaluar mejor la calidad del embrión y hacer que la implantación de uno sólo sea garantía de éxito”.
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