La infertilidad es la imposibilidad de llevar a término el embarazo, porque el mismo se detiene o porque se pierde en algún momento de su desarrollo. Se denomina primaria, cuando la pareja no ha tenido hijos anteriormente y secundaria, cuando la pareja tras haber tenido uno o más hijos no consiguen un nuevo embarazo.
Infertilidad masculina
La infertilidad masculina es la incapacidad del hombre para fertilizar los óvulos. La fertilidad masculina puede estar condicionada por trastornos hormonales o endocrinológicos; enfermedades infecciosas o condiciones inflamatorias; trastornos inmunológicos; factores ambientales y de estilo de vida; o enfermedades genéticas asociadas con anomalías del esperma.
El seminograma es la prueba básica para evaluar el semen y profundizar en el estudio de la infertilidad masculina. El seminograma consiste en recoger una muestra de semen con el fin de analizar el volumen y la concentración del esperma, el número total de espermatozoides, la movilidad de los espermatozoides, la morfología de los espermatozoides y su vitalidad. En el caso de detectar valores fuera de lo normal es necesario profundizar en el estudio de la infertilidad.
Causas de infertilidad masculina
Las causas principales de la infertilidad masculina están relacionadas con algún tipo de anomalía en la producción de esperma. La azoospermia es el término médico que designa la ausencia de espermatozoides en el esperma. Otras anomalías relacionadas con la producción de esperma que causan infertilidad son la disminución del número de espermatozoides, la falta de movilidad y la morfología de los espermatozoides.
Cuando las enfermedades de transmisión sexual afectan a los genitales pueden influir en la fertilidad de paciente. Hay infecciones que se transmiten sexualmente y que provocan obstrucción o bloqueo del epidídimo, situado en la parte superior posterior del testículo que contribuye al almacenamiento y a la maduración de los espermatozoides.
La infertilidad masculina también puede ser resultado de disfunciones eyaculatorias, es decir, por impotencia o incapacidad del hombre a la hora de eyacular durante el coito. La eyaculación retrógada sucede cuando el semen entra en la vejiga en lugar de ser expulsado por la uretra. La aneyaculación es la ausencia de eyaculado en presencia de un estímulo sexual adecuado.
Los factores ambientales también influyen en la fertilidad del hombre, provocando una menor producción de espermatozoides. Los malos hábitos alimentarios, el consumo de alcohol, tabaco, drogas y el estrés generan una falta hormonal grave, que puede influir en la producción de espermatozoides y en la calidad la eyaculación.
En algunos casos, la infertilidad masculina es de origen desconocido.
Infertilidad femenina
Los problemas de infertilidad femenina más comunes están relacionados con la edad de la mujer. Los estudios indican que el declive fisiológico de la fertilidad empieza a partir de los 30 años. A partir de los 35 y, especialmente, a partir de los 40, pueden aparecer dificultades para concebir un hijo. Esto se debe a que, con el tiempo, la reserva ovárica de la mujer disminuye y la calidad de los ovocitos se ve empeorada debido al envejecimiento.
La infertilidad en la mujer puede ser debida a problemas físicos, hormonales, de estilo de vida o incluso a factores ambientales. La mayoría de los casos de infertilidad femenina se deben a problemas de ovulación como el síndrome del ovario poliquístico, que se produce cuando los ovarios no liberan un óvulo con regularidad o no pueden liberar un óvulo maduro.
Causas de infertilidad femenina
Los trastornos de la ovulación son la causa más frecuente de la infertilidad femenina. Los trastornos de la ovulación se deben a un desequilibrio endocrino que imposibilita al ovario desempeñar sus funciones normales. Este tipo de trastornos se asocian a la obesidad o a la pérdida de peso, así como también al estrés. La anovulación se produce cuando los ovarios no liberan un óvulo con regularidad o no pueden liberar un óvulo maduro. En este grupo se encuentran las pacientes con el síndrome del ovario poliquístico. Las mujeres con este trastorno ovulan menos o no ovulan nunca. Si no hay ovulación es imposible que se produzca el embarazo.
Otra causa de infertilidad es la obstrucción de las trompas de Falopio. Si las trompas de Falopio están obstruidas, los espermatozoides no pueden llegar al ovocito para fecundarlo. La obstrucción de las trompas de Falopio puede producirse debido a una inflamación o a una infección transmitida sexualmente. Otras causas de la obstrucción de las trompas de Falopio pueden ser accidentales, como las producidas después de una intervención de cirugía abdominal. Las mujeres que no desean tener hijos deciden imposibilitar el embarazo voluntariamente con una ligadura de trompas.
La endometriosis es una afección que también causa infertilidad femenina. Tiene lugar cuando las células endometriales, que son las que revisten el útero de la mujer, crecen en otras partes del cuerpo. A diferencia de las células endometriales del útero, que se desprenden durante la menstruación, las que crecen fuera de él no se desprenden, causando dolor, sangrado e infertilidad.
Tratamiento de la infertilidad
Antes de iniciar un tratamiento es necesario diagnosticar la causa que produce la infertilidad, ya sea masculina o femenina. En el caso de la infertilidad masculina el tratamiento dependerá del problema específico que padezca el hombre. Los trastornos físicos que causan la infertilidad masculina pueden corregirse mediante intervención quirúrgica. En el caso de que el problema no sea físico, es decir, que esté relacionado con la producción de espermatozoides, existen tratamientos mediante el uso de medicamentos que permiten conseguir el estado ideal de los espermatozoides.
En el caso de la mujer, la solución puede prever intervenciones quirúrgicas con el fin de corregir trastornos en el útero, endometriosis y obstrucción de las trompas de Falopio. En casos de trastornos ovocitarios el especialista puede recomendar un tratamiento de inducción de la ovulación, que consiste en provocar la ovulación mediante el uso de medicamentos.
Por lo que respecta a los principales tratamientos de la infertilidad, los principales son la inseminación artificial y la fecundación in vitro.
La inseminación artificial es uno de los principales tratamientos de la infertilidad. Consiste en depositar los espermatozoides en el aparato reproductor de la mujer artificialmente, es decir, sin que exista ninguna relación sexual.
El semen utilizado en el proceso de inseminación artificial puede pertenecer a la pareja de la paciente o ser semen de un donante. Los espermatozoides son despositados en la cavidad uterina o en el cuello uterino mediante una cánula o catéter.
La fecundación in vitro (FIV) es la técnica más usada en los tratamientos de infertilidad. El proceso de fecundación in vitro se realiza en el laboratorio y consiste en poner en contacto uno o más óvulos de la mujer con los espermatozoides de su pareja o de donante. Una vez el ovocito ha sido fecundado en el laboratorio se transfiere al útero de la mujer.
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